De transparentar y
ordenar la situación, el Estado recibiría
RD$7.300 millones adicionales cada año.
Santiago.-El libro "Condición y aportes de la
mano de obra de origen haitiano a la economía dominicana" muestra un
empresariado que está ávido de tener un trabajador migrante documentado y legal
y a un Estado que experimenta contradicciones entre la mano de obra que necesita
el país para la producción y su disposición para regularizarla. Así lo expresó
el padre jesuita Roberto Guzmán, director del Centro de Formación y Acción
Social y Agraria (CEFASA) durante la presentación del estudio en el Edificio
Empresarial de Santiago.
La investigación realizada por CEFINOSA, describe, mide y
analiza el impacto económico de la mano de obra haitiana y dominicana
indocumentada de ascendencia haitiana en los procesos productivos de caña de
azúcar, arroz, café, banano, construcción y la economía informal. Además
analiza la política migratoria y el estatus legal de los trabajadores haitianos
y su descendencia, así como los mercados binacionales, la presencia de la
comunidad haitiana en las universidades y el gasto social.
En el acto de presentación del libro "Condición y aportes de
la mano de obra de origen haitiano a la economía dominicana", Saúl Abreu, responsable del renglón “Asuntos migratorios”,
expresó que la solución a la inmigración haitiana y regularización del
estatus de su descendencia es uno de los grandes retos jurídicos, sociales y
económicos de la sociedad dominicana.
“La falta de controles en la frontera y la forma poco
transparente del ingreso de haitianos a territorio dominicano, impide
cuantificar la mano de obra haitiana en el país, que se sitúa en más de un
millón de personas, más del 99 por ciento con estatus migratorio irregular. A
esto se une los cientos de miles de descendientes de nacionales haitianos
nacidos aquí, a quienes se les niega o dificulta el derecho a la nacionalidad,
colocándolos en situación de vulnerabilidad, al
impedírseles el derecho al nombre y
acceso a educación y al ejercicio de sus derechos civiles, en violación
a tratados internacionales y normas jurídicas internas”, manifestó el
especialista.
Luego, el consultor empresarial y presidente de CEFINOSA,
Agustín González, dijo que Haití es el segundo socio comercial de República
Dominicana y uno de los mayores proveedores de mano de obra para la economía y
la necesidad de ésta a bajo costo y las desigualdades que se encuentran en la
isla alimentan el fenómeno de las migraciones, que no encuentra forma de
regularización en la política de los dos países.
“Para el Estado Dominicano y el futuro de su sociedad, los
costos educativos, de salud y laborales que asumiría al regularizar la
condición migratoria de los inmigrantes y al dotar de documentos a los
dominico-haitianos, serían significativamente inferiores a los beneficios que
se obtendrían a mediano y largo plazo al contar con una población más instruida,
productiva y consciente de su rol social”, afirmó González.
A su juicio, la incorporación de los inmigrantes haitianos,
y de los dominicanos indocumentados de ascendencia haitiana, al régimen de la
seguridad social, contribuirá a fortalecer las finanzas del sistema y le
colocarán en mejor posición para responder a los reclamos de pensiones y
jubilaciones de la población trabajadora que se retire por asunto de edad.
¨Sumando el aporte
patronal y retenciones por pago de los trabajadores ubicados en banano, arroz,
café, caña de azúcar y el sector de la construcción, el sistema de seguridad social
recibiría RD$7.300 millones
adicionales cada año. Mientras tanto, el Estado gasta miles de millones de
pesos en pacientes indocumentados que podrían costearse sus gastos si
estuvieran regularizados, pagando ellos mismos y sus patronos los aportes a la
seguridad social¨, declaró el consultor empresarial.
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