Los medicamentos biológicos constituyen la punta de lanza
en la innovación terapéutica.
Aproximadamente 800 millones de personas alrededor del
mundo han recibido tratamiento exitoso con el uso de los biofármacos.
Un medicamento biológico es una
proteína derivada de un organismo vivo, usualmente células, a través de procesos de biotecnología y está destinado a
ser utilizado para la prevención o el tratamiento de enfermedades en seres
humanos[1].
Actualmente, los medicamentos biológicos representan
un avance de gran trascendencia para la calidad de vida de muchos pacientes con
enfermedades tales como algunos tipos de
cáncer, enfermedades de la sangre como la anemia, trastornos neurológicos como
la esclerosis múltiple y enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide,
psoriasis, espondilitis anquilosante, colitis ulcerativa y la enfermedad de
Crohn.
A nivel mundial, los medicamentos biológicos
han impactado positivamente la vida de aproximadamente 800 millones de
pacientes con enfermedades graves como las antes mencionadas[2].
De acuerdo con el Doctor José
Antonio Herrera, Gerente de Inmunología
de Janssen “los tratamientos con biofármacos permiten controlar las
enfermedades crónicas, induciendo primero
la remisión de la enfermedad y posteriormente, manteniendo la enfermedad
controlada a través del tiempo”.
Para el caso de algunas
enfermedades autoinmunes, tales como la artritis reumatoide, la psoriasis o la
enfermedad inflamatoria intestinal, la eficacia de los tratamientos convencionales
es limitada y la enfermedad no logra controlarse por un periodo prolongado de
tiempo. Los medicamentos biológicos han demostrado científicamente su eficacia
con buenos perfiles de seguridad, incrementado la calidad de vida de muchos
pacientes con enfermedades que actualmente no tienen cura.
Proceso de
desarrollo de un biofármaco
Los biofármacos se crean a partir de organismos
vivos para producir proteínas y tratar enfermedades, mediante la modificación
genética de construcciones o líneas celulares. La tecnología ADN se suele
utilizar para insertar los genes deseables o eliminar los no deseados en una
célula viva o a través de la producción de una proteína para el tratamiento de
una enfermedad.
El Dr. Herrera, explica que “el proceso
de desarrollo de un medicamento biológico original, puede tomar hasta 15 años y
debe estar respaldado por una extensa base de datos clínicos, para demostrar su
eficacia y seguridad. Igualmente son sometidos a estrictos procesos de
monitoreo y control, durante y después de su comercialización, para el beneficio y seguridad de los pacientes
que los utilizan”.
Este avance de la biotecnología, ha llevado al
desarrollo de muchas de las medicinas más importantes de la actualidad. Entre
éstas, se pueden mencionar los anticuerpos monoclonales para diferentes tipos
de cáncer.
Los biofármacos suelen tener un tamaño de 200 a
1.000 veces mayor que el de un medicamento de molécula pequeña y son mucho más
complejos estructuralmente. Debido a su tamaño como a su delicadeza, éste tipo
de fármaco suele ser inyectado en el cuerpo del paciente.
Medicamentos
biosimilares: ¿En qué se diferencian de los biológicos originales?
Luego el surgimiento de los productos
biológicos, han nacido también lo que se denomina como medicamentos
biosimilares. Como su nombre lo dice, son similares al producto biológico
original, mas no iguales.
De acuerdo a la Agencia Europea de
Medicamentos, un medicamento biosimilar se define como: “un medicamento
biológico que se ha desarrollado para que sea similar respecto a un medicamento
biológico existente (el medicamento de referencia, original e innovador)”.
Un medicamento biosimilar es un producto
biológico, que es similar, pero no igual al producto original, innovador ya
aprobado por las autoridades regulatorias.
Requiere de la demostración de calidad, eficacia, y seguridad clínica,
en comparación con el producto de referencia.[3]
La principal diferencia entre un producto
biológico original y un biosimilar radica en la alta complejidad de la
estructura molecular del medicamento biológico. Su tamaño, al ser entre 200 y
1.000 veces mayor que las moléculas pequeñas, hace prácticamente imposible poder replicarlas con
exactitud. Cada producto biológico original es único y su proceso de producción
es preciso, delicado y específico.
Los medicamentos biológicos se producen en
células vivas modificadas genéticamente y que se mantienen en un entorno muy
controlado. La proteína producida por las células se verá influida por las
características individuales de la célula así como del entorno y nutrientes proporcionado
durante el proceso de elaboración o manufactura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario