Esta colección tiene 10 novedosas
propuestas para el hombre y 20 para la mujer, las cuales fueron adornadas con güira y tambora convertidas en aretes, carteras y
accesorios.
Por María Mercedes
Era una tarde lluviosa, de
esas que han acompañado a los dominicanos por varios meses. Todos admiraban las
gotas que bajaban del cielo, pero a la vez, imaginariamente se cruzaban los
dedos pues estaban reunidos para apoyar al diseñador Keiter Estévez en su
regreso al ruedo luego de cuatro años de receso.
Y el milagro se hizo. Poco
antes de las 4 de la tarde, el sol salió tímidamente, pero lo suficientemente
hermoso para regalarle lucidez al campo de golf de Guavaberry, ubicado en Juan
Dolio a 45 minutos de Santo Domingo.
Los convidados sabían que
además de interesante esa propuesta tenía un significado muy especial para
Keiter, por eso, con el aviso de que ya empezaría el desfile, todos procedieron
a llegar al lago, ya sea en los carritos de golf o en sus vehículos.
En ese
ambiente de ensueño, los presentes se deleitaron con cada una de las piezas
de su colección “Primavera-verano 2019”,
mostradas en un espacio no convencional, ya que para los fines fue creada una
pasarela sobre el lago del campo de golf en Casa del Lago, Guavaberry.
La colección se destacó por acentuar la elegancia que debe tener
la mujer dominicana en los compromisos formales a los que debe asistir.
Creatividad y modernidad
En esta colección predominó la elegancia y creatividad que caracteriza
el estilo del diseñador. Los colores que predominaron fueron el rosa, azul,
lavanda, amarillo, plata y los bellos iridiscentes. Los cortes modernos,
siluetas marcadas, grandes vuelos y transparencias marcaron el punto
distintivo de esta propuesta.
De igual manera, Keiter resaltó nuestras raíces y cultura al
transformar la tambora en bolsos de puro lujo; y convertir la güira en
carteras y aretes que danzan de alegría.
El diseñador rescató de nuestro pasado las chancletas Samurai y le
dio un giro de modernidad para que los chicos de hoy las luzcan. Lo mismo hizo
con los grandes sombreros de pajas hechos por artesanos dominicanos.
Por eso, a modo general los presentes observaron un marchante
convertido en un hombre de moda.
En esta colección de 30 salidas -diez para el hombre y 20 para la
mujer-, el diseñador seleccionó 30 nuevos
rostros en una audición que logró su cometido, pues todos los modelos fueron de
tez oscura en honor a nuestras raíces.
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