Expertos destacan la urgencia de alinear la educación con las necesidades del país y fortalecer la formación integral de los ciudadanos.
Santo Domingo. – La democratización del conocimiento debe ir más
allá del acceso a la tecnología. Debe ser entendida como un compromiso
colectivo por garantizar oportunidades reales para todos, mediante políticas
públicas, formación con sentido humano, enfoque ético y modelos educativos
adaptados a las necesidades del país.
Así se planteó en el panel ¿Cómo
la democratización del conocimiento desarrolla habilidades a lo largo de la
vida?, desarrollado en el marco del Encuentro Nacional de las Comisiones Evaluadoras
del INFOTEP.
Moderado por Raysa Pichardo,
directora de Competitividad Empresarial del INFOTEP, el panel reunió a expertos
con visiones complementarias: la historiadora Mu-Kien Adriana Sang Ben,
presidenta del Instituto Policial de Educación Superior (IPES); el padre José
Núñez Mármol (Padre Chepe), director del Instituto Politécnico Loyola; y Eladio
Uribe, director corporativo de Recursos Humanos del Central Romana Corporation.
Formación con ética y sentido humano
La doctora Mu-KienSang Ben
alertó sobre los riesgos de confundir la democratización del conocimiento con
el simple uso de tecnologías.
“Los jóvenes están saturados de
información, pero faltos de formación. La computadora te da datos, pero no te
enseña valores ni humanidad. Solo el vínculo entre maestro y alumno puede
generar transformación verdadera”, expresó.
La reconocida educadora llamó a
revisar el impacto del 4% del PIB destinado a la educación, cuestionando la
falta de avances estructurales. También expresó su preocupación por los peligros
de la inteligencia artificial.
“Tengo temor de que nos lleve a
una sociedad artificial. El conocimiento sin conciencia ha sido responsable de
crear armas letales. Educar también es formar la conciencia, manifestó”.
Primero ciudadanos, luego técnicos
Desde la experiencia educativa,
el padre Chepe sostuvo que la formación técnica debe partir de la ética y la
ciudadanía.
“Nosotros no formamos técnicos;
formamos primero ciudadanos y ciudadanas responsables, con compromiso ético,
con capacidad de vivir en sociedad. Solo así garantizamos competencias reales”,
afirmó.
Destacó que más del 60% del
estudiantado de carreras técnicas tradicionalmente masculinas en sus centros
está compuesto por mujeres, lo que demuestra que la inclusión de género también
es parte del proceso democratizador. Señaló, sin embargo, que aún hay empresas
sin condiciones mínimas, como baños para mujeres, lo que evidencia que el
cambio debe ser integral.
Sobre la inteligencia artificial
dijo que esta puede ayudar, pero también nos puede dominar. Explicó que el reto
no es la máquina, es el ser humano que la controla, afirmando que por eso hay
que formar con valores y pensamiento crítico.
Más técnicos, menos títulos
Desde la visión del sector
empresarial, Eladio Uribe, director de Recursos Humanos del Central Romana
Corporation, expuso una de las contradicciones más críticas del mercado laboral
dominicano es que mientras existe un exceso de profesionales universitarios en
áreas administrativas, hay una marcada escasez de técnicos especializados,
justo en las áreas que más demanda el aparato productivo.
“Me faltan técnicos
industriales, mecánicos diésel, electricistas, pero me sobran administradores e
ingenieros que no tienen las habilidades que necesitamos”, afirmó con
preocupación.
Uribe valoró el programa de formación dual del INFOTEP, que ha permitido integrar jóvenes capacitados a las operaciones del Central Romana, incluso en puestos clave.
“Hay técnicos que ganan más que
ingenieros. Lo que más valora una empresa no es solo la técnica, sino la
integridad, el trabajo en equipo y la disposición”, exclamó.
También hizo hincapié en los
retos que plantea el uso indiscriminado de la tecnología en los entornos
laborales, al señalar que muchas empresas enfrentan situaciones complejas por
la falta de regulación, atención y orientación adecuada sobre su manejo.
En ese sentido, enfatizó la importancia de fomentar las llamadas habilidades blandas, como el trabajo en equipo, la empatía y la comunicación asertiva, así como el fortalecimiento del bienestar emocional en el ámbito organizacional.
Conclusiones: pensar la educación desde el país que
queremos
Entre las conclusiones del panel
se destacó la necesidad de construir una estrategia nacional de desarrollo
educativo con participación del Estado, el sector productivo, la academia y las
comunidades. Se insistió en fortalecer la formación ciudadana y ética en todos
los niveles y extender el modelo dual y las alianzas público-privadas para una
formación más pertinente.
También se subrayó el desafío de
garantizar inclusión territorial y digital, con infraestructura adecuada,
acceso a internet y calidad docente en todo el país. Además, se propuso
promover políticas públicas que reconozcan y organicen el desarrollo profesional
del técnico dentro de las empresas, facilitando su movilidad, crecimiento y
dignificación.
“No basta con formar. Hay que
formar con dignidad. Y eso empieza por pensar juntos qué país queremos, y desde
ahí, pensar qué tipo de educación necesitamos”, expresó el padre Chepe como
reflexión final.
Conferencia magistral: validar el saber que nace de
la experiencia
En este mismo escenario, el
director general del INFOTEP, profesor Rafael Santos Badía, dictó una
conferencia magistral en la que enfatizó la importancia de reconocer
formalmente los conocimientos adquiridos fuera de los planteles educativos
tradicionales.
“No se trata solo de certificar
lo que se aprende en las aulas, sino de validar con justicia y rigor técnico
las competencias que las personas desarrollan en el trabajo, en la vida, en su
entorno”, afirmó.
El profesor Santos Badía resaltó
que las Comisiones Evaluadoras juegan un rol esencial en este proceso al
garantizar que la experiencia y los saberes previos de los trabajadores puedan
traducirse en certificaciones válidas que les abran oportunidades reales de
empleo y crecimiento profesional.
“Estamos democratizando el
conocimiento cuando reconocemos que el saber no solo está en los libros, sino
también en las manos, en la práctica, en la experiencia de la gente que trabaja
día a día”, concluyó.
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