domingo, 24 de febrero de 2019

Un viaje por Nuestra Virgen de la Altagracia y sus milagros

 Sendero de Fe un proyecto del Ministerio de Turismo
 Fotos de Ángel Fernández, Carlos Brito y Alberto Martínez
Higüey, Rep. Dom.- Cuando la directora de Promoción Turística a nivel Nacional del Ministerio de Turismo (MITUR), Milka Hernández, nos invitó al primer Press Trip del año, Senderos de Fe, el pasado 12 de enero, no lo pensé dos veces. Inmediatamente confirme mi asistencia, ya que era mi oportunidad luego de tantos años, de volver a visitar a nuestra Virgen de la Altagracia.
Nuestro viaje de Fe inició desde la explanada principal de Mitur, rumbo al primer destino, La Catedral de San Pedro Apóstol, en San Pedro de Macorís, allí fuimos recibidos por el párroco de la catedral, Ruben Lieby quien nos habló sobre la historia de la Virgen protectora del pueblo dominicano y de la construcción de esa Catedral.
Al concluir el siglo XIX, en el solar que hoy ocupa la Catedral se había construido un templo de madera, el cual quedó destruido en su totalidad, producto de un incendio. Para el año 1902, fue construida la actual edificación de las manos del Ingeniero Francés Eduardo García.
La catedral se convirtió en la primera edificación de concreto construida en el país, con el primer cargamento de cemento que llegó a la isla, marcando el inicio de la modernización urbanista de la República Dominicana.
Siendo hoy una de las edificaciones más emblemáticas y antiguas de esta provincia. La Catedral San Pedro Apóstol, se destaca por su gigantesca torre-campanario que puede ser vista desde cualquier punto de la ciudad, y por su interior romántico con arcos de medio punto, acompañados de impresionantes vitrales creados por el maestro alemán Gustav Van Treck.
Nuestra segunda parada del recorrido por el Sendero de Fe, fue el  Santuario de San Dionisio, una pequeña iglesia ubicada frente al Parque Central de Higüey, Provincia de la Altagracia, la cual es considerada como el primer templo de adoración a la Virgen María en América, hasta su traslado a la Basílica. A este Santuario, no pudimos entrar, ya que actualmente está en remodelación.
Desde sus alrededores, nuestros guías, nos informaron que la construcción de este Santuario de ladrillo, de estilo romántico fue iniciada en 1569 y concluida para 1572. Posee un techo en forma de bóveda, sostenido con cinco arcos, una cúpula con forma de media naranja, la cual se encuentra decorada con rosetones incrustados, y un altar mayor que asemeja una concha marina.
En el Santuario de San Dionisio, está el Santo Retablo, obra de arte de estilo barroco tallada a mano con caoba local. Don Joaquín Alfau, en 1864 donó las campanas, que tiene el simple campanario de la antigua iglesia. Allí aún se conservan objetos de valor histórico y religioso.
Durante nuestra parada en el Museo de Nuestra Señora de la Altagracia, la encargada del Museo, Rosmina Santana, explicó que éste fue construido en los jardines de la Basílica, e inaugurado el 26 de julio de 2012. Es una construcción de 1,800 metros cuadrados, patrimonio que exhibe siete salas, dentro de los cuales se encuentra una sala de exposiciones temporarias, un auditorio y una cafetería. Este hermoso lugar tiene la finalidad de recuperar el patrimonio artístico e histórico que posee el Santuario, dándole valor y restauración, ya que sirve de exhibición para que sus visitantes tanto dominicanos como extranjeros lo conozcan, lo admiren y valoren.
En el recorrido por el Museo de la Altagracia, pudimos conocer la historia de la aparición de la Virgen, y ver varios de los exvotos de los fieles creyentes que han llevado en agradecimiento al milagro recibido por la Virgen de la Altagracia.
En ese lugar cargado de historias de milagros, puede apreciarse la constatación de la fe de los dominicanos, reflejada en obras de platería, pintura e imaginaria a lo largo de quinientos años, testimonios materiales hacia la devoción mariana más antigua de América y confirman una vez más, que la Virgen de La Altagracia ha permanecido siempre junto a su pueblo.
La  cuarta parada del Sendero, fue en la Basílica de Higüey, oficialmente  Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia, que es un moderno santuario católico que se encuentra ubicado en la ciudad de Salvaleón de Higüey, en la República Dominicana, donde el grupo fue recibido por el señor José Peña, guía oficial de turismo de esta provincia, especialmente de la Basílica, quien nos explicó sobre los diferentes paneles que componen la puerta de la Basílica, tanto la versión mística como la histórica. También, nos habló de la construcción de la basílica destacando que  la columna que conforma la basílica vista desde el altar hacia afuera, se asemeja a las manos de la virgen. La Basílica fue construida a mediados del siglo XX.
Después de este hermoso y religioso recorrido por el Sendero de Fe, nuestra última parada fue para disfrutar de un exquisito y rico almuerzo dominicano en el Rancho Atabeyra, en la zona de Anamuya. Ahí pudimos observar el río Anamuyita y un poco de historia sobre los indios que acampaban en esa zona del país. 

Una vez más, doy las gracias a Milka Hernández de Mitur, por siempre tomarme en cuenta en estos viajes. En Sendero de Fe, nos pudimos acercar a la historia de la religión católica, nuestros antepasados y sobre todo a la manifestación de la fe a través de la historia.
Sobre Senderos de Fe por Mitur
Senderos de Fe es un proyecto que ejecuta el ministerio de Turismo con el apoyo de la iglesia católica Dominicana, que busca poner en valor los lugares Históricos, Religiosos y culturales de la República Dominicana. Esta iniciativa nació en julio del 2009, a cargo de la asesoría de los señores Ángel Fernández y Kirsis de los Santos, con el objetivo de promover la cultura, el conocimiento de nuestra historia a través de nuestra religión católica, y procurando dinamizar la economía de la familia Dominicana.
Milagro de Fe
Como todo creyente de nuestra Virgen, ya había asistido y pedido por los míos y el mundo, pero esta vez, aproveche para pedirle por la salud de mi hija mayor, el médico le había comunicado que iba a ser operada del oído izquierdo, ya que tenía un pólipo bastante grande y que de no ceder con los tratamientos, iba a ser operada. Tras varias noches sin dormir pensando en esa cirugía, orando y siguiendo el tratamiento que no daba esperanzas que funcionara, ya que se había intentado, solo para que ella pudiera pasar la navidad tranquila, la invitación de Senderos de Fe, fue una luz al final del camino.
Y ¡oh, sorpresa!, cuando la doctora auscultó a mi hija de nuevo, el pólipo se había reducido, de tal manera que no mostraba señales de haber estado allí. Había desaparecido, y que por ende, no era necesaria la intervención quirúrgica. Solo pensé en mis plegarias a nuestra querida Virgen de la Altagracia, una vez más me había escuchado y ahora estoy llena de gratitud por darle la salud a mi hija.

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