sábado, 9 de febrero de 2019

El Rector de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) envía un mensaje a la juventud dominicana


“Es ese panorama general el que permite entender que muchos de nuestros jóvenes se sientan fuertemente insatisfechos con la vida que llevan, hasta el punto de que un 60% de los que se encuentran entre los 18 y los 25 años de edad expresan intenciones de vivir y trabajar en otro país. Dicho dato, en efecto, refleja malestar juvenil”, dijo Castro Marte.
Santo Domingo.- Con motivo de celebrarse hoy el Día Nacional de la Juventud, el Rector de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) y obispo auxiliar de Santo Domingo Norte, monseñor Jesús Castro Marte, envía un mensaje a la juventud dominicana.
Tomando pie en la fecha de fallecimiento de San Juan Bosco, proclamado por Juan Pablo II “padre y maestro” de los jóvenes, celebramos hoy en la República Dominicana el Día Nacional de la Juventud. Se trata de una etapa de la vida inclinada a la esperanza. Ahora bien, sin por ello ignorar la diversidad de situaciones que viven los jóvenes dominicanos, parece deber admitirse que su panorama general resulta poco halagüeño, desalentando en ellos el optimismo.
La Convención iberoamericana de derechos de los jóvenes fue ratificada por la República Dominicana hace más de una década, a pesar de lo cual las condiciones de vida reales de nuestros jóvenes siguen resultando bastante precarias en términos, por ejemplo, de empleo y remuneración, de acceso a los servicios básicos de salud o de calidad de la educación, condiciones éstas que representan otros tantos factores de reproducción intergeneracional de la pobreza y de la desigualdad.

Es ese panorama general el que permite entender que muchos de nuestros jóvenes se sientan fuertemente insatisfechos con la vida que llevan, hasta el punto de que un 60% de los que se encuentran entre los 18 y los 25 años de edad expresan intenciones de vivir y trabajar en otro país. Dicho dato, en efecto, refleja malestar juvenil, pero también resulta alarmante para los actuales adultos (futuros ancianos): la sociedad dominicana, aunque todavía muy joven, ha iniciado ya un proceso de envejecimiento que, como muestran las proyecciones demográficas, tendrá gran velocidad. No podemos permitirnos el lujo de seguir desperdiciando una parte significativa del potencial juvenil, ni por ellos ni por el resto de la población.

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