El
toque mágico a la cinta lo da la inteligencia femenina y el homenaje al
ambiente. Un superhéroe fílmicamente
inédito que le salió a DC mejor de lo proyectado.
Jose Rafael Sosa
Santo
Domingo.- Como película de orígenes, Aquamán triunfa en
las alas de una emotiva historia de amor, fiel al cómic pese a ser totalmente
predecible y más larga de lo que debió ser, extensión que atenuada con
espectaculares panorámicas submarinas y un bien administrado humor que juega
con el preciosismo marino. Una tercera de esta producción debió haber quedado
en cuarto de edición.
Si usted es seguidor, (fans,
de acuerdo el afán desnaturalizador del idioma castellano), tiene satisfacción
garantizada porque encontrara una hermosa, impecable y de ritmo incesante, con
toques humanos cada vez más frecuentes en este tipo
de producto industrial.
Aquamán en modo alguno es para amantes del cine
consistente. Claramente orientada a los fans de super héroes, a quienes sienten
el cine como lo que es, instrumento de diversión y fantasía y en especial para
los cerebros express, pautados por
los ítems de la moda, los smartphones, la cola excesiva de calorías y las
palomitas.
Si no es “fan”, quédese con su Netflix en la casa, viendo
La balada, de los Hermanos Cohen o tenga el valor de ver Roma, la obra maestra
de Cuarón y sepa desde ahora que su ritmo es pausado, cíclico y atormentador
para las victimas del tiempo post moderno.
Los tiempos en los que superhéroes eran solo figuras para
consumo masivo de ficciones, han pasado, para dejar paso a personajes que se
vinculan a vida real y sus desafíos, y se proponen interactuar con valores de
género, familia, ternura y la necesidad de preservación del ambiente.
El centro fantástico-ideológico de Aquamán, extremadamente larga
(2 horas 20), es el de un personaje novedoso y estimulante, con una trama
argumental que, además de lo bien realizada, habla de posturas y condiciones
que se encuentran en la vida de la gente: la inteligencia de las mujeres, la
responsabilidad para conservar el ambiente y una actuación para no ser olvidada
nunca de Nicole Kidman.
Notables las coreografías de lucha, en las que se derrocha
un esfuerzo creativo que hay que disfrutar en los escenarios submarinos, con un
derroche de luz y majestuosos planos de acción, sustentados por una banda
sonora impecable. Los de DC saben hacer cine de acción superior.
Se encuentra el espectador con peleas, en concepción de las
luchas al estilo incesante de Indiana Jones, Gladiador, El señor de los anillos
y los Powers Rangers.
Su principal aporte, es el didáctico y poderoso mensaje
ecologista, con su llamado a detener la contaminación de los océanos y la
convocatoria a la paz y a la unidad por la construcción de un solo habitad.
Aquamán comporta un mensaje, el de vivir en paz en un solo planeta,
integrado por agua, tierra y are, rechazando la sectorización y el tránsito
solo hacia mundos individuales.
La recomendamos con entusiasmo al tiempo de tomarla con un
grano de sal si se piensa el cine en serio. Disfrútela con actitud. O deje de
verla.
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