Zayas y Salcedo despejaron toda inquietud sobre lo que eran
capaces de ofrecer. Ellos fueron “redescubiertos” gracias al Premio.
Imperdonable que los nominados no estuviesen en programa de mano. Justicia en
los veredictos populares y certeza en Área Clásica y Cine. Meta post Soberano: la
unidad de Acroarte.
José Rafael Sosa
Es este tiempo adecuado para hacer el balance personal y
preciso, alejado ya el siempre presente y hasta necesario escarceo en los
medios, la perenne reacción de los inconformes, y las especulaciones que
invariablemente circulan siempre, (elementos sin los cuales cualquier premio a los
artistas, no tendría el sabor
tercermundista que les caracteriza) el balance de lo
bueno y lo malo de lo acontecido en torno al Soberano.
Es mucho lo que hay por decir todavía por tratar un
espectáculo con tantos elementos. Soberano hay uno cada 365 días, y a ese se le
debe aportar en su mejoramiento cada vez que se produzca.
Tras la entrega 34 del Premio El Soberano 2018 impone, ya
lejos del clamor, el glamour, quejas y resabios, hacer balance que deje claro
que tuvo de positivo y elementos negativos, los que deben ser revisados y
mejorados para la versión 35 del galardón artístico más importante de la República
Dominicana.
Lo
mejor
La justicia y el transparente proceso de debate y de los
veredictos votación por parte de los cronistas de arte, lo que brindo
decisiones en general correctas cuestionables solo por un asunto de gustos o
intereses particulares. En este punto crucial la nueva directiva se gradúa con
notas altas su desafío más tremendo.
Nielsen IBOPE, empresa
investigadora de mercados reconocida por su certeza y profesionalidad, reveló
que la gala 34 de Premios Soberano, superó en audiencia a la del pasado año,
con el 54.8% rating, desde que se inició el espectáculo a las 9:00 p.m. hasta
la media noche, logrando superar la entrega anterior que obtuvo el 51.16.
La sintonía en televisión fue más alta que el pasado 2017 de
acuerdo estudio de NIELSEN/CARAT Dominicana, el Soberano obtuvo este año un
13.1% de rating, frente a un 12.8% en el 2017. (Presidencia de Jorge Ramos). No superó el nivel más alto se logró en el
2015 (presidencia de José Antonio Aybar) de 19.31% de rating.
El segmento de clamor contra los feminicidios, su punto más
emotivo fue la más alta expresión del compromiso social y el giro del
compromiso de la producción, gracias a la emotiva interpretación de Naslha Bogaert
sobre el texto del libreto de Juan Manuel Tejada, el concepto de presentar una
masa humana seleccionada de entre los invitados y la concurrencia.
La fuerza y belleza de los musicales, todos cuidados al
extremo en cada uno de sus recursos. Guillermo Cordero aparece aquí como
talento creador fundamental que sumo valores al ceremonial.
El diseño de los elementos visuales del despliegue en
pantalla, (Waldo Lara y Carlos Juan Mateo, y Kokaleka Films como empresa).
El diseño de la imagen televisiva del premio mismo y que
como cortinilla fue efectivo y elegante.
Lo acertado de la visión de Cervecería Nacional Dominicana
al reiterar y ampliar su respaldo al Premio Soberano.
Lo
peor
Los movimientos de trasero de Fefita La Grande, durante el
merengue La Pimienta, (el punto más fuerte del merengue en la ceremonia) los
encontramos fuera de gracia y orientados
a la estimulo del morbo. Populismo televisivo y nada más que afectaba la fuerza
del número que hacía con Maridalia Hernández y Milly Quezada, Falto ahí una
orientación clara, lo que es difícil cuando de Fellita se trata.
La ausencia del listado de artistas y agrupaciones
nominadas, en el programa de mano. Nunca había pasado. Alguien puso un huevo
cuadrado.
La rapidez con que se pasaban los títulos de los artistas y
comunicadores fallecidos durante el segmento en su honor póstumo, cantado por
Diomarys La Mala, que además estaba en el medio del escenario, lo que impedía
leer (para algunos casos) los nombres de los fenecidos. Debieron pasar más
despacio las imágenes.
Excesiva la cantidad de premios entregados fuera de cámara,
en aras de economizar tiempo, pero algunas de ellas eran propias del ceremonial
en vivo.
La tarea pendiente que sigue siendo la Alfombra Roja en
términos de captar teleaudiencia: o alcanzó solo 5.85% de rating frente al 8.48% del año pasado (presidencia de Jorge Ramos).
Sorprendentes
Talentos
Cuando Acroarte y Cervecería Nacional Dominicana anunciaron
que el joven Alberto Zayas, un productor que nunca se había enfrentado al
desafío de desarrollar para televisión el ceremonial de gala, hubo inquietud a
“sotto vocce” (en baja voz) en algunos pasillos del mundo de los cronistas,
comunicadores e incluso artistas, hasta cierto punto condicionados por el
haberse a acostumbrado a nombres de otros productores que habían tenido en su
momento esa responsabilidad.
Zayas supo de esas dudas, especulaciones y malos augurios
que se levantaron contra su contrato, pero nunca respondió nada a nadie.
Confiaba en centrarse en los mil detalles de una producción tan compleja, y
responder mediante el espectáculo mismo.
Zayas rompió la distancia e invisibilidad de los otros
productores del Soberano, participando en la preparación de segmentos, y
estableciendo una relación directa entre público y producción que nunca se
había logrado.
Roberto Ángel
Otra oleada de escepticismo recorrió los mudillos
faranduleros con el anuncio de Roberto Ángel Salcedo, como presentador,
adelantándose que sería un fiasco.
Roberto Ángel tiene, para algunos círculos intelectuales e
intelectualoides de clase media, una mala imagen, que lo rechazan por el
estilo, ciertamente cuestionable, de sus comedias y el populismo de su programa
Más Roberto.
Lo que se vio en escena fue un presentador versátil, que
cantó, bailó y desarrolló su actuación con un nivel que – repetimos- hace a uno
darse cuenta de que su talento es desperdiciado por la forma en que hace
películas y su programa semanal, renglones en los que debería ser tan bueno
como eje del espectáculo acroartiano.
Zayas y Salcedo despejaron toda inquietud sobre lo que eran
capaces de ofrecer. Ellos fueron “redescubiertos” gracias al Premio.
Guillermo
Cordero
Reconocimiento ganado por Guillermo Cordero por haber
logrado una coreografía que será recordada por su belleza, coordinación. Es un
profesional que a usted le puede caer bien o mal como persona, pero cuando de
Nashla Bogaert se consagrada como presentadora de un espectáculo
de nivel global. Graciosa, chispeante, hermosa, sexi y tremendamente emotiva
(especialmente en su parlamento que denuncia la matanza de mujeres, etiquetada
con la etiqueta del feminicidio).
Técnicamente
El Soberano como espectáculo de televisión deja una marca
profunda y diferenciada, comenzando por el concepto, su el guion (Juan Manuel
Tejada), resulto efectivo, grácil, bien escrito. Texto claro en su objetivo y a
partir de frases breves y sin circunloquios. A partir de impecabilidad en vestuarios
(Michelle Reynoso); arreglos musicales (Antonio González); el sonido (en la
sala); limpio, nítido y bien sentido.
La escenografía merece mención, apoyada en el marco de las
pantallas led, y masas escenográficas de fácil introducción y algunas de ellas
con un sentido enorme de unidad entre la escenografía móvil y los fondos
visuales (sobre todo en el caso de La Pimienta, a cargo de los tres grandes).
El impacto visual de la escenografía, pensada claramente
para televisión, fue total. Buen diseño de sus contenidos era el marco digno
para cualquier espectáculo en el mundo.
Soberanos
al Cine
Una de las premiaciones mas justas que se recuerden en los
Soberanos al cine, fue la realizada en esta entrega 34. Sustituida la categoría “Película del Ano”
por la dupla “Drama” y Comedia” se permitió reconocer con la estatuilla a
Carpinteros (Jose María Cabral), a su protagonista femenina (Judith Rodríguez)
y al joven cineasta como director, al tiempo de dejar espacio para que Colao
(de Frank Perozo) pudiera subir a recibir su trofeo como Comedia del año.
Héctor Aníbal, protagonista de la que muchos críticos consideran
como la mejor película de 2016, fue ganador de “Actor principal”.
La
unidad esperada
Pasados ya los Premios, es este tiempo de fomentar la
unidad plena de los cronistas, con respeto a quienes en el momento que aprecien, anuncien sus
aspiraciones, aun cuando lo correcto seria fortalecer la actual directiva.
Es el tiempo de un gran reencuentro de la familia
acroartista, que deja debates fuera de tiempo y enfrentamientos que ya carecen
de sentido, para fortalecer la gestión y acompañar los pasos de capacitación y fortalecimiento
institucional y educativo de la institución.
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