Esta variedad de aparato fue
modificada de manera singular y rediseñada para maximizar el reflujo, con el
objetivo de extraer gentilmente los suaves aromas de los botánicos de Islay.
Santo Domingo.- Cerca de 200 años de historia la destilería Bruichladdich
expande su legado e introduce en la República Dominicana, logro de años de producción
artesanal e innovación ,The Botanist, el primer y único dry gin artesanal de Islay, el cual recoge la tradición hébrida con
su icónica mezcla de 22 ingredientes botánicos locales.
Desde su fundación en 1818, la destilería
Bruichladdich se ha caracterizado por romper paradigmas. Creada por los
hermanos Harvey –integrantes de una dinastía del whisky en Glasgow– esta firma busca producir las bebidas más puras,
ligeras y florales desde una colina junto al mar en la pequeña isla de Islay, a
partir de ingredientes 100 por ciento escoceses seleccionados a mano con la
guía del maestro destilador Jim McEwan y el buen ojo de los artesanos locales.
Para crear The Botanist se utilizan nueve de los
ingredientes clásicos y se complementan con una cosecha de 22 plantas locales,
recolectadas a mano de las colinas, pantanos de turba y costas del Atlántico
por un equipo propio de científicos botanistas.
Entre éstas se encuentran ingredientes clásicos como
manzanilla, hierbabuena o toronjil, así como hierbas locales que la amplia
tradición recolectora de los habitantes de Islay ha reconocido como fuente de
sabores y aromas únicos, tales como el cardo, el saúco, el galio o el espino
blanco, las cuales son plantas autóctonas de la propia isla.
El particular perfil de aroma y sabor de The
Botanist es exaltado mediante una destilación a fuego lento y muy baja
presión en un alambique tipo Lomond creado después de la segunda guerra mundial.
Esta variedad de aparato fue modificada de manera singular y rediseñada para
maximizar el reflujo, con el objetivo de extraer gentilmente los suaves aromas
de los botánicos de Islay.
Apodado cariñosamente Ugly Betty por el maestro destilador Jim McEwan, este alambique
–uno de los cinco que existen en todo el mundo– fue rescatado de la antigua
destilería Interleven antes de su demolición, y fue en Bruichladdich donde
encontró su verdadera vocación: crear el más puro y artesanal gin, gracias a su forma de destilación
que alarga el proceso hasta tres veces más de lo habitual.
Con un color cristalino y destellos platinados, las
sutiles notas de hierbas y flores de verano, enebro, cilantro con matices de
anís, cáscaras de limón y naranja que conforman The Botanist cautivan desde el
primer momento. En boca, su sabor es intenso y suave; fresco al entrar, se
puede sentir la calidez y pureza con notas cítricas y terrosas al llegar al
paladar trasero. Es, sin duda, una experiencia única en su tipo para todos los
amantes del gin.
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