Por María Mercedes
Subir
al Pico Duarte es una aventura que nos regala la oportunidad de renovar el amor
por nuestra patria y sus recursos naturales.
Hoy
lunes 27 de febrero, los dominicanos celebramos el 173 aniversario de nuestra
independencia. Por eso, no solo exhibimos
nuestra ingenia tricolor; sino que con mucho más orgullo recordamos la valentía
y la entrega de los patricios Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco
del Rosario Sánchez.
Esta
insignia que ondea con el mensaje “Dios, Patria y Libertad”, tiene un lugar del
país donde se muestra con gran esplendor. Se trata del Pico Duarte, la cima más
alta del Caribe insular.
Para
conquistar esta cima, los aventureros tienen que atravesar los senderos de la
Cordillera Central y de los parques nacionales José del Carmen Ramírez y José
Armando Bermúdez, los cuales regalan los más singulares paisajes de montañas,
por supuesto, con friito incluido.
Atraídos
por la naturaleza y por la sorpresa de encontrar algo nuevo en cada paso, estas
áreas protegidas reciben cada año a miles de aventureros interesados en
alcanzar la cima del Pico Duarte. Otros más aventureros incluyen en esta ruta acampar
en el valle Bao o El Tetero.
Esta
excursión le regala a la vista hermosísimos paisajes, que se mezclan con el sonido
del almendro
y Pino Criollo. También, se observan árboles frutales (naranja agria, chinola, guineo,
café), que la bondadosa naturaleza nos proporciona.
Sobre la
fauna, un documento suministrado por el Ministerio de Medio Ambiente, certifica
que en este suelo habitan la cotorra endémica de la Hispaniola , el cuatro
ojos, la maroita, el carpintero, el cuervo, la cigua palmera –declarada ave
nacional-, el papagayo, la perdiz, el guaraguao, la tórtola, jilguero, paloma
turca, pericos, y otros.
En esta
inolvidable experiencia, los senderistas –sean amigos o se hayan conocido en la
excusión-, viven un fin de semana retador, donde el amor, la tolerancia y la
ayuda mutua se ponen de manifiesto.
Para
quienes aman vivir esta experiencia de libertad; de sentir como el frío se
cuela por la piel, esta es la aventura por excelencia; porque con suma
frecuencia el trayecto trazado para la excursión está cubierto de niebla o por
una llovizna fría que empapa todo el cuerpo.
Turismo religioso
Este
hábitat es tan retador que pone a prueba la confianza y la entereza de los
excursionistas. Aquí, la fe y el reconocimiento de la grandiosidad de Dios aumentan.
El
sacerdote Candelario Mejía Brito, de la parroquia Espíritu Santo, de Villa
Mella, subió en enero pasado y asegura que esta experiencia nos pone cara a
cara con Dios. También, son unos días que las personas dedican para dar
gracias, para hacer turismo interno con una significativa visión de
conservación ambiental.
Manuel
Peralta Ureña, es un guía veterano que ha escalado el Pico tantas veces, que
perdió la cuenta, pero sí está seguro que todas representan un episodio que
pone a prueba su capacidad física y mental. Según explicó es más popular subir
en enero porque se registran menos lluvias y, a la vez, coincide con el
natalicio de Juan Pablo Duarte.
Preservar las áreas
Para
cumplir con esta misión de mantener la seguridad y preservar la
integridad ecológica de estos ecosistemas de gran relevancia ecológica y
belleza escénica; en la oficina local de administración del
parque, ubicada en la comunidad La
Ciénaga (municipio Jarabacoa, provincia La Vega ), las visitantes
reciben orientaciones de los guardaparques, quienes les informan que está
prohibido arrojar basura, cortar árboles o sacar especies de su hábitat.
Estas
instrucciones se dan con la finalidad de respetar la naturaleza y hacer cumplir
las disposiciones de Medio Ambiente para que este espacio cumpla su función de esparcimiento
espiritual, científico, educativo, recreativo y turismo de naturaleza; a la
vez que aseguramos que más personas puedan ser testigos de que en esa zona hay
diferentes climas en pocos kilómetros.
Además,
este sistema montañoso resguarda numerosas cabeceras o nacimiento de ríos y
arroyos de trascendental importancia para la producción agrícola y energética
de la nación, además de ser un regulador de clima, como pulmón generador de
aire y un ambiente sano para la isla.
También,
por este motivo en la mochila de los viajeros solo se permite llevar meriendas
que no afecten la naturaleza como avena, chocolate, maní que además mantienen
la energía en el cuerpo.
Esto
así, porque esta área protegida, se caracteriza por tener bajas temperaturas y
un alto régimen de precipitación. Durante todo el año, la temperatura es fresca
y depende de la altura, variando en tiempos normales entre los 12°C y 21°C . En las zonas altas puede
quedar por debajo de 0°C
en horas de la madrugada, hasta llegar en ocasiones a 8°C bajo cero.
Durante
el invierno –época donde suben más peregrinos-, a la salida del sol, las
escarchas suelen cubrir los pajones del suelo.
Para
hacer menos difícil estas horas, el Ministerio de Medioambiente permite la
construcción de infraestructuras para uso público y ecoturismo en las zonas y
con las características específicas definidas por el plan de manejo.
Amor por nuestra insignia
En esta
cima del Caribe, -cuya altura oscila entre 3,087 y 3,175 metros
sobre el nivel del mar-, los excursionistas se fotografían en el busto de
Duarte para dejar inmortalizado este memorable momento, que
ahora –gracias a la tecnología-, comparten en sus redes sociales.
Vale
destacar que la Bandera Nacional confeccionada por Concepción Bona y María
Trinidad Sánchez, ondea
victoriosa con la Biblia abierta en el Evangelio
de Juan, Capítulo 8, Versículo 32, que dice “Conocerán la verdad y la verdad
los hará libres”.
Además de
las fotografías, en la mente de cada persona que sube a la cima del Pico Duarte
representa un momento de euforia y satisfacción que pone de manifiesto los
valores patrios.
En este
momento, se hace presente el pensamiento de José Reyes, quien escribió el
mensaje “Dominicana bandera, quien te viera, quien te viera, más arriba, mucho
más”.
También,
nuestros labios tararean el mensaje de la canción de Juan Luis Guerra
“Dominicana fuerte y valiente, y por siempre bendecida ante Dios”.
Estadísticas
Según
datos suministrados por el Ministerio de Medio Ambiente, en 2016, el Parque
Armando Bermúdez registró la visita de 4,437 excursionistas (755 extranjeros).
Cada
persona paga una cuota de RD$100. Según la administración del parque, la
visitación reportó a los comunitarios RD$8, 731,750: por el servicio de guías
RD$3,150, 550, y por alquiler de mulos para cargas y de sillas RD$5, 580,600.
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