miércoles, 30 de diciembre de 2015

WickedGames (Juegos Perversos): segunda muestra individual de Amy Hussein

Hussein plasma a través de diversos medios, y desde su experiencia, como las relaciones interpersonales se han tornado impersonales y distantes.
La artista visual Amy Hussein trae a escena "WickedGames", su segunda muestra individual, presentada simultáneamente en la Alpargatería y en el Art Boutique de Casa Quien, del 17 de diciembre hasta el 17 de enero, 2016.
La artista define sus obras como la respuesta a una serie de experiencias personales y de intimidad altamente inestable y poco saludable, que trajeron a colación una serie de cuestionamientos sobre los rituales de enamoramiento de su generación.
Manifiesta que esta propuesta “inició como una búsqueda de sentido a lo que estaba experimentando y en cierta medida, como un auto-exorcismo. Tras una serie de exploraciones, se me hizo aparente que hoy día entramos voluntariamente en acuerdos de "uso" para beneficio mutuo. Sin embargo, al instante en que el "acuerdo" no es conveniente para una de las partes, éste se anula instantáneamente”.
Hussein plasma a través de diversos medios, y desde su experiencia, como las relaciones interpersonales se han tornado impersonales y distantes, donde los sentimientos son considerados "fuera de límites" y/o complicaciones molestas, no deseadas.
“Nos hemos convertido en expertos en reprimir nuestras emociones, porque no queremos "perder" o parecer "perdedores" (uncool). Esta noción perpetua el comportamiento de que cuanto más distante, frío y desinteresado nos volvemos, más deseados somos.”
En el sentido general de la muestra, Amy realiza una cuestionante sobre la forma de ver o actuar en el amor, a lo que responde, “puedo afirmar con certeza que, de cierto modo, todos nos hemos sentido reemplazados, desechados o no amados antes, y estas piezas se convirtieron en mi único "mecanismo de defensa" para sobrellevar una situación malsana en la que me encontraba”.
Sobre WickedGames
La serie tiene un fuerte enfoque estético inspirado por los grabados japoneses sobre madera (ukiyo-e), el animé, los video juegos y la cultura pop. Se pueden encontrar algunos elementos  recurrentes, como la flecha, que se utiliza para denotar su capacidad de perforación, tanto espiritual como sexual.
La muestra está pensada para funcionar de forma interactiva, desde el performance, una aplicación, juegos electrónicos y físicos, entre otras, donde el espectador se convierte en parte del discurso con su interacción, al mismo tiempo que modifica la obra.
Algunas de las nociones exploradas en la muestra siguen el concepto de la "idealización" del amor, o de una "persona perfecta hecha a la medida solo para nosotros”, donde se idealiza tanto a alguien que se enfoca el bienestar emocional en si puedes o no "conseguirlo", como si fueran objetos. Esta teoría presume que alguien fuera de ti tiene un poder inmenso sobre tu estado emocional y solo esa persona puede hacerte feliz.
“Mi opinión es que la persona perfecta no existe y esto en realidad una fabricación fantástica creada por nuestra necesidad desesperada de sentirnos amados o encontrar el "amor verdadero". Muchas veces solo estamos preocupados por encontrar a la persona que sentimos encaja perfectamente en nuestro "ideal", en vez de simplemente sentir” resalta Hussein.

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